28 de enero de 2009

Ese es Omega Supreme, ¿no?

Esa fue la pregunta que el distinguido Dr. Müller me hizo cuando el pasado lunes visitó mi colección TF. “Así es”, respondí. Y para beneplácito de ambos (porque ahora resulta que él también coleccionaba Transformers en su infancia), abrí el Encore que me llegó hace un par de meses para verlo. “Wow”, fue la reacción de ambos. Omega Supreme fue el Transformer G1 más grande que se vendió en mi país durante la década de 1980. Conocí a un par de sujetos que lo tenían, pero en mi caso, siempre fue un juguete tipo me–encantaría–tenerlo–voy–a–jugar–diario–con–él–si–lo–tengo. Queda claro entonces que nunca lo tuve. No recuerdo su precio cuando lo vendieron por acá, pero la caja era ENORME para un chaval de 6/7 años. Un par de años después (o tal vez un año) me regalaron a Metroplex, el TF más grande que tuve en mi infancia. También era de proporciones épicas, pero por alguna razón, me quedé con la idea de que Omega Supreme era mucho más grande. Anoche lo armé, le puse uno de sus stickers (la fiaca me invadió y preferí no ponerle el resto), tome las baterías de un control remoto y lo hice funcionar. Al transformarlo, me di cuenta que no era TAN grande como pensé. De hecho, creo que es casi igual en altura a Metroplex. Luego los juntare para la foto decisiva.

—Lumiere en un intento por comprender la lógica ancestral tras los mecanismos avanzados que hacen funcionar a Omega Supreme—

Childhood dream: check.

El Dr. Müller y su ahora señora esposa compartieron su último día en México con nosotros, antes de regresar a las Islas Caimán (¿o eran Canarias? No recuerdo). Nos lanzamos a ver The Spirit, que al final dejó un sabor como al sentimiento ardilla que se carga Frank Miller porque todo el mundo se hace rico y famoso con su trabajo menos él. Léase: no es buena. Y es oficial: Así como Val Kilmer nunca se pudo quitar el chip Jim Morrison y desde entonces siempre actúa igual, a Samuel L. Jackson se le trabó el pedo en Jules Winnfield desde Pulp Fiction. Mace Windu comiendo una Big Kahuna me habría hecho reír en SW: ROTS, pero ahora me da como pena por él. Si me preguntan, creo que fue un pretexto muy caro y elaborado para verle durante dos segundos las nalguitas a Eva Mendes. Y doña Scarlett.... bueno. Como villana simplemente no.

—El Dr. todavía trabaja en su proyecto de ingeniería en telecomunicaciones que consiste en crear un satélite destructor que funcione con monedas de 50 centavos por tiro—

En lo que va de la semana recibí dos paquetes: el que se ve en la foto y otro que es como la cuarta parte del tamaño del visto aquí. Paradójicamente, el más pequeño, trae más TF útiles para mi colección que el otro. Es importante señalar que esta cajota rompió el record impuesto por Fortress Maximus (quien pesó poco más de 6 kilos), al marcar un peso neto de 10.3 kilos.


Pronto mostraré el contenido de ambas.

1 comentario:

Anónimo dijo...

es rara esa sensación de conseguir a los 30 algo que te gustaba em la niñez. "por fin", el dice el corazon a uno. Me paso al jugar warcraft, que en su tiempo no lo pude jugar por no tner pc adecuado..
creo que esa es el alma de coleccionista que se tiene desde niño hasta viejo
perrosdias@yahoo.com