2 de junio de 2008

Festival Xtremo 08, parte II: Everything, everything, and more...

Domingo 18 de Mayo. Después de haber descansado en mi camita calientita tras los eventos narrados aquí y después de desayunar una deliciosa barbacoa mañanera, era hora de volver al festival para el plato fuerte. Pero primero, Red y yo teníamos que ir al supermercado para realizar las compras de la semana. Después de todo, lo que vendría más tarde con seguridad nos iba a dejar agotados...

Tras comprar nuestros víveres y un par de provisiones para aguantar hasta la noche, dejamos lo pertinente en casa y en esta ocasión, salimos alrededor de las 3:00 de la tarde para llegar con tiempo y a tiempo al paraje ecológico. Desde que llegamos al Camino Picacho-Ajusco, comenzó a llover, lo que pronosticaba lo complicado que estaría el clima en el lugar. Pero estábamos preparados: ponchos, chamarras y sweaters estaban por montones a nuestra disposición. Tendríamos que aguantar, el grupo que veríamos lo valía. Además, como mencioné con anterioridad, tenía una de las misiones más importantes de mi vida.

Al llegar a la entrada del ecoparque, nos detuvo el primer retén de “vigilancia”, al poseer los brazaletes de prensa, no tuvimos ningún problema para pasarlo. Cuando llegamos al segundo, se nos pidió con amabilidad abrir la cajuela para revisión. El sujeto encargado de saquear revisar, se abalanzó sobre nuestros Red Bulls y nuestras patatas fritas, argumentando que no se podían introducir alimentos (aún cuando el instructivo del evento mencionaba que sí, siempre y cuando no fuera en el área de los escenarios) y tomó todo lo bebible y comestible sin contemplación. Como no tenía ganas de ponerme a discutir con el fulanito, apliqué el charolazo... una vez más. Al ver mis credenciales, soltó todo de inmediato y hasta sacudió las bebidas, limpiando sus sucias huellas de nuestras bebidas energéticas y se disculpó por la osadía.

En el tercer retén, nos identificamos como prensa una vez más y en esta ocasión, introdujimos el auto hasta el backstage. Nos hicimos de un buen lugar, cercano al campamento donde el Master RP se alojaba. Nos pusimos nuestra vestimenta impermeable y fuimos a saludar al grupo de prensa. Los que ahí pernoctaron, platicaron horrores sobre el frío que pasaron, lo adoloridos que estaban y lo mucho que nos envidiaban por haber dormido como reyes en comparación. El Master RP nos habló de lo caótico que se había tornado el segundo día del festival debido a la lluvia. Muchísimas cancelaciones, retrasos y desorganización en general. Era fácil culpar a la lluvia, pero en realidad sabíamos -con base a lo vivido un día antes- que los “organizadores” eran un puñado de tarugos a los que les valió tres cuartos de madre solucionar los problemas. Una vez al tanto de la situación nos dimos una vuelta por el escenario principal. Todo estaba casi listo para la noche...

—Docenas de contenedores donde viajó el equipo para la presentación de Underworld. El staff del grupo afinaba los últimos detalles—

Si todo seguía acorde a lo planeado, Underworld se presentaría a las 8:00 pm, para cerrar con broche de oro el festival. Pero con los retrasos, problemas técnicos, meteoros y demás inconvenientes, todo parecía estar en contra. Yo, bastante nervioso y temeroso a lo que pudiera pasar durante mi misión, trataba de mantener el ánimo arriba y nunca perdí la fe.

La llovizna cagante que nos siguió durante todo el camino, se convirtió alrededor de las 5 en una lluvia moderada, obligando a prácticamente todos los escenarios, excepto el de psycho, a detener actividades. Igual y eran las drogas, pero durante varios momentos, alcancé a escuchar con claridad como les ponían discos mezclados y rolas circa 1998. No era ningún famoso: pusieron a un tocadiscos vil para amenizar el área de los ravers.

Muchos de los reporteros que acamaparon en el lugar, comenzaron a recoger sus pertenencias y se pasaron a retirar. Muchos de ellos, sólo fueron a cubrir la presentación de Moby el día anterior, y el resto era como un extra para ellos. Curioso, pero en mi caso era totalmente lo opuesto. Ya hacia las 5:30, se soltó un diluvio que ni la euforia psycho pudo resistir. La música se detuvo en todos lados y todo el mundo corrió a refugiarse. Era un monsón ajusqueño de antología. Nosotros nos refugiamos en el auto y comimos algunas golosinas para saciar el apetito. Y esperamos...

Como a las 6, la lluvia disminuyó su intensidad, lo suficiente como para permitirnos ver el exterior y monitorear los vehículos que entraban y salían de la zona. Cualquier camioneta o convoy de autos nos ponían en Defcon 1 y me invitaban a salir para revisar. Era imperativo estar cerca del escenario principal para atrapar a Underworld antes de que entraran al bunker privado.

Decenas de autos y chocolates Abuelita después, la lluvia se convirtió en llovizna y bajamos del auto. Nos acercamos de nuevo al área RP para conocer alguna novedad sobre el grupo y el estado del festival. Nada sabía nadie. Entonces, decidimos quedarnos fuera, esperanzados de que la lluvia terminara gracias a un rayo de luz que iluminó la zona. Fue entonces cuando dos camionetas Suburban llegaron y se estacionaron a escasos metros de nuestra posición.

Se abrieron las puertas y ahí estaba...Karl Hyde, vocalista supremo y creativo infinito de Underworld con una chamarra de leñador clásica y una mochila en la espalda, abrió la cajuela para sacar algunas cosas. Segundos más tarde, Rick Smith, dios de los sintetizadores y del livemixing, descendió de la unidad y caminó unos pasos para revisar el escenario. Se veía dudoso e intrigado por la lluvia que no cesaba. Hyde sacó su cámara y comenzó a fotografiar el escenario y todo a su alrededor, mientras el resto del Undercrew bajaba sus pertenencias de las camionetas.

Yo estaba P-A-R-A-L-I-Z-A-D-O. Y no era para menos: ¿qué tan seguido tienes a tu grupo favorito a escasos metros de ti en condiciones favorables para el acecamiento? La verdad, creo que las estadísticas nos dicen que una vez cada 1000 años (a menos que tu grupo favorito sea la rondalla de tu iglesia o algún grupito piojoso de esos que cada fin de semana tocan en el Zócalo). No podía moverme y no dejaba de repetir “son ellos, son ellos, son ellos...”. Red, calmada y con firmeza, sacó el DVD Everything, Everything y un plumón indeleble de su backpack y me dijo “ve”.

Yo, con catatonia y temeroso ante el posible rechazo -eso sin contar, lo mojado del exterior-, no podía caminar. En verdad tenía miedo. Lo primero que creo salió de mi boca fue un “no”. Red me empujó con sutileza y dijo “ve, aprovecha ahorita”. Yo en el interior, sabía que ni con todas mis credenciales, fanatismo adolescente al 100, ni con intervención divida, iba a poder entrevistarlos antes o después del concierto. No iban a dar entrevistas. Punto. Entonces, era el momento... Y mi siguiente frase fue: “no puedo”.

Red se desesperó y me dijo con un poco más de fuerza -en su voz y brazos- “ve, anda... es ahora o nunca”. Ese nunca me entró por los oídos y me repiqueteó en el cerebro como un millón de veces en 2 segundos. Tome el DVD y el plumón y me acerqué. Parecía yo quinceañera de pueblo a punto de bajar por las escaleras del palacio municipal. Puedo contar con una mano las veces que he estado supremamente nervioso en mi vida y esta, fue una de ellas.

Con paso lento pero seguro me acerqué a Karl Hyde mientras él tomaba fotos del escenario, y le dije:

YO: Mr, Hyde?

Perfecto, pensé. Llámale monstruo a don estrella, idiota. Olvídalo... seguramente ya se enojó. Y la verdad es que no me peló —no se si porque no me escuchó o no me quiso escuchar—. Giró hacia su derecha y avanzó unos pasos para tomar otra foto. Con el corazón como a dos segundos de detenerse, gire y miré de frente a Rick Smith. Esta vez no dije nada, sólo levanté lo que tenía en la manos y puse cara de “pretty pretty pretty please?”.

RICK: Wait a second, please... Hey, ________, what about the rain on the sides?

El acento era de lo más chingón que he escuchado en mi vida. Hugh Grant, el Sr. Sheffield y Jude Law juntos se quedaban pendejos al lado de estilo vocal que manejaba este sujeto. Yo, me quedé con mi carita de perrito en carnicería, sosteniendo mi DVD a la altura del pecho. Hyde volvió a la camioneta a buscar algo. El resto del crew continuaba bajando cosas. Smith pasó una vez frente a mi, dio dos pasos, giró y me miró de frente, sonriendo. Tomó el DVD y el plumón y secó con su mano algunas gotas de lluvia en el exterior. Rápido, tomé el case del DVD de nuevo y le dije:

YO: I think it would better on the inside...

Él accedió y firmó. Cerró el plumón, volteó hacia la camioneta y gritó:

RICK: Karl! (todo esto mientras agitaba el plumón con una mano).

Rick sonrió una vez más y avanzó hacia el bunker detrás del escenario principal. Mientras lo veía alejarse, traté de articular un “Thank You”, pero no pude. Cuando voltee hacia la camioneta, Karl Hyde estaba frente a mi, sonriendo...Con una mano tomó el plumón, mientras que con la otra sostenía el DVD abierto. Algunas gotas de lluvia cayeron en el interior pero no me importó. Estaba a escasos 15 cm de uno de mis ídolos. Más nervioso, no podía estar. Firmó el insert del DVD, arriba de donde lo hizo Rick Smith y de pronto, una monita bastante cute de su crew, a la que llamaré “Pink Lady”, estaba a un costado mio, sonriendo y mirándome. Sabía que ella sería la encargada de regresarme a la Tierra con alguna clase de comentario como “That’s it, now move over”, pero no, en todo el tiempo que duró el encuentro sólo se quedó al lado de Hyde, sonriendo con amabilidad.

Karl Hyde cerró el case del DVD, me lo entregó, después el plumón y me dio la mano. ¡Jesus marimba! ¡Karl Hyde quería estrechar mi mano! ¡Estas son estrellas de verdad y no pedazos! Le di un fuerte apretón y en lugar de decir, de nuevo, “Thank You”, le dije:

YO: Are you ok? You want an umbrella?

PINK LADY: No, its ok...Thank you

Hyde solo movió la cabeza para negar el ofrecimiento sin dejar de sonreir, giró y avanzó hacia el Bunker. ¿Mi primera reacción?

YO: (gritando) ¡Oh my god! ¡OH MY GOOOOOOOD! ¡YEEEEEEEEEEEEEEEEEEES!

Brinque como Rocky en Rocky III al vencer a Clubber Lang. Todo el mundo a 30 metros a la redonda me vio y me escuchó. Misión cumplida.

Como una especie de desenlace ominoso, minutos después del evento, la lluvia se detuvo y el sol iluminó una vez más el valle. Aproveché para pedirle a Red que me tomara una foto con mi recién adquirido tesoro.

—Sí, tengo cara de idiota. Pero, ¿Cuántos de ustedes tienen un DVD autografiado por los miembros de su grupo favorito? Sí, eso pensé—

Después del júbilo y la gloria. Nos percatamos que la gente comenzó a aglutinarse frente al escenario principal. Eran las 6:30 y en teoría, todavía faltaban 2 horas para Underworld. ¿Por qué la gente se amontonaba frente al escenario? La respuesta llegó como a los 10 minutos: Stephen Marley –hijo del legendario Bob Marley— y su jamaican troop llegaron en tres camionetas que se estacionaron justo detrás de las de Underworld. Esto pronto comenzó a generar especulaciones obvias: Marley era la tercera figura en importancia, de acuerdo con el cartel y con los cientos de seguidores que ya apartaban su lugar en el escenario principal. Con ese grado de relevancia, ¿iba a tocar en el mismo escenario que ya estaba montado para Underworld? Esta duda que parece trivial, se convirtió en un infierno para los organizadores que, me imagino, tuvieron que negociar con ambos artistas.

Para no hacerla muy cansada, el caso es que el staff técnico de Underworld, comenzó a “abrirle un campico” a Marley para que pudiera hacer lo suyo. Un detallazo por parte de Underworld, pero algo que no debió ocurrir si las ingeniosas mentes tras la organización hubieran hecho su trabajo. Para cuando Marley comenzó su presentación, frente al escenario estaba prácticamente el 80% de los asistentes al festival. Incluso la curiosidad, movió a los ravers para ver al hijo de una leyenda. Para ser completamente honestos, yo no sabía de la existencia de Marley Jr., pero en el ambiente de cordialidad rasta, comenzó a surgir la info. Al parecer mantenía el feelin’ de su padre y se notaba en la gente que estaba gustosa de verlo. Incluso Karl Hyde salió del bunker y se quedó tras bambalinas escuchando un poco de reggae.


—Mr. Hyde disfrutando de la vibra jamaicana—

El viento movía las banderas de Jamaica que los miembros del grupo de Stephen Marley portaban. Se respiraba un aire de paz, unidad y mariguana. Todo en orden. Mientras le tomaba una foto a Red —que no compartiré porque soy muy díscolo— un fulano regordete como de 1.80 se acercó súbitamente. Pensé que tal vez estaba haciendo yo mucho ruido, pero no; quería saber donde había comprado la funda de silicón para mi N95 8GB, ya que el tenía uno igual y deseaba adquirir una. Sonreí y se la canté en caliente: “Si, la quieres, te la vendo en 100 pesos”. Nótese que este condón gadgetero ha sido una de las inversiones más erradas que he realizado en mi vida tecnológica. La parte frontal simplemente no hace un buen trabajo quedándose en su lugar, por lo que estaba yo interesado en deshacerme de ella. Pero como el Cosmos me había recompensado hace algunos minutos, decidí decirle los pros y contras de tal producto. El fulano al final no me compró la funda, pero se fue con todo el conocimiento necesario para realizar una buena compra en el futuro. Karma +5.

No llevaba Marley ni 20 minutos de presentación, cuando un grito trashero se escuchó en el escenario contiguo. No recuerdo bien que decía, pero si recuerdo que las palabras “metal” y “cabrones” venían incluidas. De pronto, el trash se convirtió en semi–Death Metal y una banda comenzó a dar guitarrazos y gritos que claramente entorpecían la presentación reggae frente a nosotros. Todo el mundo en el escenario principal volteó a ver si se trataba de una broma, y lamentablemente no era así. A algún creativo se le ocurrió poner en paralelo a Marley Jr. y a una banda metalera infernal —no es despectivo, la verdad se oía bastante bien—. El staff rasta pronto mostró su descontento y subió el volumen. Los fans hicieron los propios y coreaban Buffalo Soldier con más intensidad. Pero ni así callaron las voces del averno que surgían a metros de distancia. Pronto, el master RP y toda una comitiva de organizadores corrieron al hoyo infernal para solucionarlo. Su solución fue lo más lógico en el momento: pedirle a la otra banda que dejara de tocar. Esta pinchísima decisión encabronó al 20% restante de los asistentes a los que no les importaba Marley o su onda y querían riffs pesados para el slam satánico. Entre vituperios, rechiflas y botellas plásticas vacías, el otro grupo abandonó el escenario, visiblemente encabronados por la decisión. Ignoro si se les pagó o no, si se les obligó o ellos accedieron, pero todas ABSOLUTAMENTE todas las bandas merecen respeto, y si te contratan para que toques, vas, tocas y punto. El pendejete que no organizó bien los horarios y en general todo el comité de pelmazos que le partió la madre al evento son los responsables de lo ocurrido. Una enorme falta de respeto para la banda que callaron y para los que pagaron su boleto para verla (a esa y a otras tantas que no se presentaron).

Después del rato amargo, Marley siguió con lo suyo y las nubes comenzaron a acumularse. Me percaté que Pink Lady se dirigía hacia las camionetas y decidí interceptarla. Mi misión opcional: darle una de mis tarjetas de presentación con el elusivo “Thank You!!!” y pedirle que se las entregara. La intercepté, le pedí una disculpa por el outburst de alegría y le di la tarjeta, comentándole que era de la prensa, pero antes era un hiperultramegafan del grupo. Ella sonrió y sólo dijo “you were so excited back there!!!”. Y vaya que tenía razón. Después de eso, sólo sacó unas cosas del vehículo y regresó al bunker. Cuando el reggae llegó a su fin, el Understaff comenzó a trabajar a marchas forzadas para preparar el escenario una vez más. La gente prácticamente no se movió, por lo que mi idea de llegar al frente del escenario se vio frustrada. Ni hablar, el área de prensa a un lado del escenario sonaba como la mejor opción. Eran ya las 8 pm y la lluvia se soltó. No era un torrencial como el de la tarde, pero sí era bastante agua y venía con viento. Pronto, los responsables del equipo, comenzaron a cubrirlo con mantas y demás materiales improvisados. A pesar del techo del escenario, el viento empujaba la lluvia hacia adentro y todo, absolutamente todo se mojaba. Las cabezas de los técnicos y el crew de Underworld se movían como vaticinando la imposibilidad de tocar en un escenario tan adverso. Sin embargo, la gente no se movió un cm, apartando su lugar para lo que sería la primera presentación de Underworld en la Ciudad de México (la tercera en el país, ya que días antes se presentaron en Monterrey y Guadalajara).

Durante casi una hora, me monté a unos metros de la cerca que separaría el acceso a la fila cero (para la prensa) del resto de los colados en la zona de escenarios. No pensaba meterme con la prensa, ya que, en teoría, sólo iban a estar durante un par de canciones en esa zona para obtener unas imágenes y después desalojarla. Mejor me quedé en la cerca, dispuesto a disfrutar del espectáculo. Justo a las 8:53:14 pm, Underworld apareció en el escenario. Era yo feliz. No tenía un lugar en la primera fila, pero tenía algo que ningún mortal en ese lugar tenía... mi sueño hecho realidad. La presentación era ya un superextra para la experiencia total. Y comenzó...


—Mensaje de bienvenida y Rez/Cowgirl... para entrar en calor, con la lluvia—

Como a los tres minutos de que comenzó la música, los idiotas de seguridad querían sacar a la prensa de la fila cero. El problema era que, para hacerlo, querían movernos a nosotros primero. Como después del quinto intento en el que traté de explicarle al estupidísimo pendejete de cagada que esa área estaba destinada para prensa y que para eso nos habíamos quedado ahí, decidí moverme para no perderme un segundo más de la presentación. Después de todo lo que había pasado, ponerme a discutir con un muerto de hambre cuyo impermeable que decía “ORGANIZACIÓN” era el objeto más costoso que había existido en su familia por generaciones no era mi hit. Me quité, encabronado, pero con la firme intención de pasármela bien. Me llevé a Red hacia donde estaba el resto de la gente ordinaria y encontramos un buen lugar en el centro. La lluvia ya atentaba contra el equipo de Underworld, pero ellos, no se detuvieron. Yo, tras haber olvidado el incidente, ya disfrutaba de cada melodioso segundo. Las referencias a videogames vintage abundaron en los intermedios mezclados entre rola y rola. Este fue uno de los primeros...


—No puedo recordar el nombre del juego, pero la canción que siguió se oía poca madre—

Iban por todo y así lo demostraron en el escenario. Sin importar la lluvia con viento, el frío y todo lo demás, dejaron caer la enormidad de Born Slippy .NUXX sobre el paraje ecológico.


—Empezaron con la sección NUXX y se siguieron tendidos con una de sus rolas más reconocidas—

El sonido era bastante bueno. Lástima que la oscuridad no sea el fuerte de mi cámara. Pero en lo momentos iluminados se puede apreciar lo bien que se veían las luces y la simplicidad del montaje.


Pearl’s Girl, con el reconocidísimo grito “Crazy, crazy, crazy”. Cool—

La simpleza se convirtió en poesía visual, cuando en le upbeat de Two months off, aparecieron unos tubos inflables luminosos. Magia pura.


—You bring light in...you certainly do—

Después del megabloque de sencillos exitosos, toco el turno al grueso de la presentación. Una gran parte del material fue del último álbum, Oblivion with Bells. Bastante agradable y mucha de la gente coreaba muchas de las rolas.


—Beautiful Burnout con todo y el deepvocal filter—

Tras la sesión del nuevo material, se oyeron las primeras notas de Moaner, mi rola favorita del grupo. Yo, por supuesto, enloquecí.


Moaner, con todo y el climax comeback. Gracias, totales—

Conectaron la rola con una de las mejores para el dancing. A estas alturas ya estaba yo cerca del área donde estaba el dolly. No había mucha gente ahí, se podía estar a gusto y teníamos el escenario justo al frente. Red, bailaba sin soltar el paraguas y yo filmaba cada detalle con mi siempre fiel teléfono. Bailé y filmé, hablando de multitasking.


Shudder/King of Snake, con un poco de impro al final. Simplemente increíble—

Esta fue la “última” rola. Obvio, ya todos empapados y con el beat a todo lo queda, el encore era obligado. Me sorprendió la elección, pero sin duda es de lo más representativo del grupo inglés.


Jumbo, la rola perfecta para el viaje ácido feliz. Dicen...—

Ya con esta se despidieron, de una manera muy emotiva, presentando y agradeciendo a Darren Price, quien vino a sustituir a Darren Emerson cuando éste decidió perseguir sus sueños como DJ/solista. Buen detalle. Pero lo mejor, fue el mensaje del final...


—Descuide Sr. Hyde, nunca perderé la fe—

La música de elevador comenzó y era hora de volver a casa. Busqué a Red, quien además de mojada, se veía cansada. Abordamos el auto y comenzamos la larga travesía a casa. Como en el día anterior, la caravana partió en fila india hasta la civilización. Esta vez no hubo aventones, ni anécdotas. Sólo la enorme felicidad que Underworld dejó en nuestros corazones. Sin mayor complicación, regresamos a nuestro hogar y esta vez nos acostamos un poco más temprano, ya que al día siguiente, tendríamos que trabajar. En conclusión: a pesar de todos los problemas ocasionadas por la pésima organización, no me hubiera dolido perder el dineral del VIP que comenté en la primera parte. Underworld los valía por completo. Es una pena lo que le pasó a mucha gente, para la cuál tal vez ver a Underworld no era prioridad y sí lo era ver a alguno de los muchos grupos que cancelaron. Yo estaría igual de encabronado si Hyde y Smith no hubieran aparecido o hubieran cancelado en el último minuto. Pero ni hablar. Cada quién hablará como le fue en la feria y la verdad es que yo no me puedo quejar. Aunque hablando estrictamente de la presentación, sentí que faltó más balance entre el nuevo y viejo material. Esperaba Dirty Epic, Trim o tal vez Tin There. Incluso, Boy, boy, boy fue omitida. Esto no demerita de ninguna manera la presentación, pero si le hubiera dado las centésimas que le faltaron para ser perfecta. Sobre lo que obtuve, no puedo estar más que agradecido. Gracias a Red por aventarse esta aventura conmigo (no podría pensar en una otra persona con la que me hubiera gustado más estar en esos dos días). El autógrafo significa un sueño cumplido al 100% y una de esas cosas que quedarán grabadas en mi mente por toda la eternidad. Al final, ya no supe si Pink Lady les entregó o no la tarjeta, pero al día siguiente de su presentación, en su página oficial, apareció esto:

Es claro que la gente demostró lo mucho que querían ver a Underworld al soportar la lluvia y el frío. Kudos para todos los que a pesar de la adversidad, se mantuvieron a flote en el festival. Pero muy en el fondo, se que en realidad, Karl y Rick se referían a mí. El humilde fan, cuya imbatible resistencia ante la lluvia, el desvelo y la adversidad en general, se mostró esperanzado hasta el final, demostrando así, la importancia de su presentación por vez primera en el país. Para una estrella, yo creo que mejor que eso, en verdad hay pocas cosas. You’re welcome guys. You sure make it easier keepin the faith up...

1 comentario:

Anónimo dijo...

La mejor de las experiencias, un gusto estar ahí.
La narración fiel y precisa.