26 de mayo de 2008

Idea Suelta: ¿Tienes el valor o te vale?, la conclusión

Recordarán la historia de la laptop perdida de la semana pasada. También recordarán que les comenté que existió un segundo aviso que apareció algunos días después tras el primero. Me queda claro que a pesar de que la tribu Cervantes se dio una vuelta por el blog, no fueron mis comentarios los que motivaron a la Matrona del clan a reestructurar el aviso en aras de obtener una respuesta más satisfactoria. Como sea, podemos notar una evolución y comprobar algunos de los puntos que señalé en la primera parte de esta historia...

Anexo una imagen del segundo letrero que apareció en las inmediaciones de mi hogar:

Vamos por partes:

–La negrita para señalar la importancia de la laptop me parece vital. No estamos hablando de una gorra, una billetera o unas llaves. No señores, se trata de una LAPTOP, algo que cuesta muchísimo dinero y cuyo valor monetario es importante recalcar para resaltar la magnitud de la perdida.

–¿Vieron? Ya existe una gratificación. Punto a favor. No se habla de cantidades. Punto en contra. Insisto: ¿para qué quemarte entregando la laptop por 100 pesos y que te tachen de ladrón por el resto de tu vida? Eso cambia, si te ofrecen una cantidad con 3 ceros. Ahora bien. Nunca he recibido una recompensa por entregar un objeto perdido, pero me imagino que debe ser incomodo darle lo que encontraste a la otra persona y comenzar la siguiente frase con “Ejem...y sobre la recompensa...”. ¿Qué sigue? ¿Qué puedes decir? “¿Vas a depositarme o va a ser en efectivo?" Es muy probable que en ese momento, la persona que recuperó su pertenencia, ya piense que eres un truhán, que se esperó a que ofrecieran una recompensa para regresar algo que no es suyo. Por lo tanto, a estas alturas, dudo mucho que la “gratificación” sea un aliciente suficiente.

–Una vez más volvemos al asunto sobre lo que en realidad importa: si tanto te preocupan los “archivos” y el “trabajo” que tienes que entregar, a la mierda: mejor coloca un aviso que diga una onda como: “Si encontraste mi laptop, no me importa, quédatela...pero por favor, me urgen los archivos que se encuentran en la carpeta VIDEOSFAMILIARES, TRABAJOESCOLARMYSPACE y REPORTEDEESTELITA, copialos en un USB y déjalos en mi buzón o mándamelos por email”. Esto sería más realista e incluso el ladrón más ruin, vería en esta labor la oportunidad de redimirse (por lo menos ante los ojos de su percudida conciencia). Vamos, nada le cuesta devolver esa información cuando de cualquier modo iba a borrarla al formatear el equipo para venderlo en Mercado Libre (Pista para la Sra. Cervantes: revise en tal lugar si un creativo ya vende algo similar a lo que Ud. perdió).

–Esa onda de “pueden entregarla en vigilancia, ellos me contactarán”, me sonó a la práctica de primaria en la que la clase, súbitamente se paralizaba ante el grito de una alumna, que invariablemente, era seguido por la brillante actuación de la maestra:

MAESTRA: A ver niños, Susanita perdió el estuche para sus lápices...

SUSANITA: ¿Perdió? ¡Mis huevos! ¡Algún cabrón o cabrona lo sacó de mi mochila!

MAESTRA: Ok, Ok... a ver, los chistositos de siempre, ¿qué tienen que decir al respecto? Noriega, López, Villegas y Soto, ¡al frente!

JOAQUINCITO: Yo no fui maestra y tengo pruebas. Le estaba viendo los calzones a Paty y ¡son amarillos!

ANDRESITO: Yo tampoco agarre nada. Pueden ver en mi mochila de rejas metálicas que no tengo nada que ocultar...

IVANCITO: Maestra, con todo respeto. Sabe Ud. bien que soy el mejor alumno del salón y no tengo tiempo para dedicarme a ese tipo de niñerías que merman mi aprendizaje..,

DAVIDCITO: SNIF SNIF...yo no hice nada Maestra, SNIF SNIF, se lo juro...SNIF SNIF

MAESTRA: Ok, ya basta. Pasen a sus lugares. Todos vamos a cerrar lo ojos durante un minuto y la personita que tomó el estuche va a pasar al frente y lo va a dejar en el piso... Si esa persona es honesta consigo misma y con el mundo, sabrá que es la mejor decisión que puede tomar. No habrá castigos ni regaños. El valor de reconocer los errores es una virtud digna de admiración en los seres humanos. Cerramos los ojos a la una a la dos y a las tres...

(un minuto después...)

SUSANITA: ¡Mi estuche! ¡Apareció!

IVANCITO: Fue Mauricio Maestra, yo vi cuando se puso de pie...

MAESTRA: ¡Ven para acá pinche escuincle de mierda! ¡Ahora si ya te cargó la chingada!

Esta rutina de “cerremos los ojos” ya no funciona desde la primera vez que ocurrió algo como lo antes mencionado. De igual forma, el pobre fulano (aunque sea inocente y genuinamente se haya encontrado la compu por casualidad) será victima de represalias una vez que los de seguridad le informen al Sr. Cervantes quien es el sospechoso de ver sus archivos “importantes”. No, no. Si tú la encontraste, olvídalo. Mejor quédatela o véndela en algún sobreruedas.

–El último párrafo es la versión mejorada de la sabiduría de papelería comentada en la primera parte de la historia, con la novedad de que ahora, la Sra. Cervantes contrató al fantasma de la Navidad Futura para que vaya y le jale las patas al ladrón todas las noches hasta que el sujeto termine entregando la lap. Por favor Sra, en un complejo habitacional donde abundan los hijos de su reputísima madre que no pagan el mantenimiento, ñoras puercas que sacan a cagar a los perros y dejan embadurnados los andadores con porquería y chamacos nalgasmiadas que se la viven bajando los interruptores de luz en los edificios, la única persona que va a dormir tranquila, por lo menos durante un mes, será la persona que encontró su cochina Toshiba Satellite y tendrá un colchoncito monetario para solventar sus caprichitos económicos por lo menos durante unas semanas.

ALT + F4 a este capítulo de su vida, Sra. Cervantes.

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